domingo, 30 de noviembre de 2008

La bella experiencia limeña

EL VIAJE SOÑADO
Este año de corresponsalía sin duda fue un año donde pudimos unirnos más, como corresponsales del diario “La Industria”, como familia. Hemos venido viviendo momentos especiales desde enriquecedoras conferencias hasta las más grandes experiencias vividas en las distintas actividades realizadas. Una de ellas y que largamente perdurará en nuestra vida será el viaje que realizamos a la ciudad colonial, la bella Lima. Con ansias esperamos el día de nuestro partir, hasta que llegó.
Fue el miércoles 26 que partimos y todos juntos estábamos con nuestros equipajes listos para subir al bus. En el bus, preferimos guardar energías para nuestro camino hacia Lima, así que caímos en los brazos del sueño. Al amanecer, mirábamos por las ventanas y veíamos las largas calles de la gran capital peruana. Cuando desabordamos el bus y nos ubicamos en nuestras respectivas habitaciones en un céntrico hotel donde nos preparamos para conocer el Congreso de la República. Al llegar nos dispusimos a observar la labor de los señores congresistas. En el Palacio Legislativo, el presidente del Congreso hizo un pequeño alto en la sesión para saludar nuestra presencia que todos los congresistas aplaudieron. Nosotros estuvimos orgullosos de poder estar en ese lugar. Luego de recorrer los diferentes ambientes del Congreso, llegamos al comedor y compartimos la mesa con cinco distinguidos congresistas liberteños. Luego de almorzar, todos subimos al bus y nos dirigimos a las instalaciones de la Planta de producción del grupo Gloria. Allí realizamos una agradable visita guiada donde vimos cómo se fabrican los productos de esta empresa láctea (leche evaporada en tarros y yogur de muchos sabores) y de sus distintas sedes por el mundo. Las instalaciones tienen grandes áreas verdes así como tanques gigantescos de acero inoxidable interconectados por relucientes tuberias. Al finalizar la visita, los corresponsales nos dirigimos al Parque de la Reserva, donde todos quedamos sorprendidos. La razón era muy notable, el parque tiene una serie de fuentes de agua que ofrecen un espectáculo de luces que nos emocionó tanto al estar viendo un espectáculo maravilloso por los inmensos chorros de agua multicolores, destacando más la fuente principal con un chorro con más de ochenta metros de disparo y que daba la impresión de que se trataba de un show de bailarinas de ballet que dejaban en nosotros, los espectadores, un deseo de ver más y quedarnos hasta el fin de la obra teatral. Tras un largo recorrido regresamos al hotel agotados por la caminata por los pavimentos de la Lima colonial. Al siguiente día, estuvimos deseosos de quedarnos en Lima unos días más pero nuestro viaje ya estaba deparado. De todas maneras, nos cargamos con muchas energías para disfrutar esa mañana al máximo, así que abordamos el bus y nos dirigimos a la estación de transportes turísticos. Fue en ese lugar que nos recibió el congresista Alberto Escudero quien nos abordó al Mirabus o bus mirador. En nuestro recorrido nos enriquecimos con ver los distintos sitios históricos de Lima entre: museos, casonas, calles y plazas. Vimos pintorescos escenarios con el típico carácter de Lima y su gente. Los automóviles, localizados entre calle y calle, las edificaciones que los rodeaban, las personas que transitaban y entre muchos otras pinceladas que dibujaban a la capital. Al terminar nuestro recorrido nos dirigimos a la plaza mayor a ver el cambio de guardia en Palacio de Gobierno. Fue así que al mediodía pudimos observar los soldados quienes con buen porte desfilaban por las afueras del palacio, y una sonora banda de músicos que acompañaba con notas patriotas. Seguido de esto nos dirigimos al interior del palacio gracias a la amabilidad de los dirigentes del mismo y por el apoyo del diario “La Industria” hacia nosotros los corresponsales. En el interior de palacio veíamos las distintas instalaciones que iban guardando imágenes hermosas en nuestra memoria. Pudimos entrar al gran comedor, a la sala de prensa, a uno de los patios y al inolvidable Salón Dorado o de los Espejos. El último sin duda fue el que nos sorprendió más ya que tenía grandes paredes, poseía distintos estilos en su decoración, estaba vestido con grandes capas de oro, calzaba grandes piezas de mármol y exponía inmensos espejos que se lucían en la habitación. Con una larga gama de cultura volvimos al hotel por nuestras maletas para retornar nuestro viaje a Trujillo. En el trayecto pudimos apreciar la puesta del sol que se reflejaba en el mar. Pero este no fue el final de nuestros inolvidables momentos porque en el bus pudimos compartir distintas experiencias como: jugar, cantar y bailar, lo cuál hizo que estrechemos más aun nuestros lazos de amistad. Al llegar a Trujillo culminaría nuestro viaje que dejaría en nosotros una memoria perdurable, la bella experiencia de haber estado juntos en Lima.
Luis Alonso Guarniz Aquije
Corresponsal Escolar del Diario “La Industria”

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